Como bien dijo mi profesora Begoña Ojer, coger setas es un deporte de riesgo y de atrevimiento . Ya no solo por las posibles caídas camperas(cuando crees que sabes donde pisas) por intentar coger la puñetera seta que está entre el acebo, pincharte con toda suerte de zarzas y matorrales, encontrarte una oveja muerta o caerte al rio. Pero nunca es suficiente.
Y es que, cuando uno pasea por el campo en busca de setas, nunca tiene suficiente y además no sabe cuando parar... se acerca la hora de volver al coche, desorientación, ultimas miradas al suelo y el eterno "....volveré dando un rodeo". Pero para mi suerte siempre encuentro algo de vuelta al coche... como este ejemplar de edulis camuflado entre el musgo.
Aunque parezca feo por las mordeduras de los limacos, va a ir a la cazuela si o si.
Corros de lengua de vaca. Ahora mismo es de las pocas cosas que salen abundantemente así como trompetas, clytocibes, lactarius, y tricolomas.
Bueno dentro de lo malo no me voy de vacío a casa...
Y otro curioso habitante ...que bien limpito irá a la cazuela el boletus erytropus .
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