viernes, 4 de febrero de 2011

Quien tiene una trufa, tiene un amigo


Empezó la temporada de trufa en Navarra, y como no podría ser de otra forma, tuvimos que acercarnos a ver a los perros trabajar. Aunque algún trufero sostenga que si tuviese nariz en los pies no le haría falta perro.
Hoy en día gracias a las micorrizaciones aplicadas a las encinas, almendros y algún que otro quejigo, tener trufas en casa es una opción viable, eso sí la garantía de que los arboles produzcan todo lo que queremos es más una utopía que una realidad.
Aún así los arboles micorrizados de Unzúe han dado sus frutos.
Salimos por la mañana, acompañados de nuestra fiel amiga Blanqui, que tiene unos 8 o 9 años y es una profesional en esto de olisquear la tierra y señalar trufas.
Encontramos cinco trufas, una de ellas cercana a los cien gramos, y después que mejor excusa para celebrarlo que una buena txistorrada.
El precio kg de la trufa fresca andará ya por los 750 euros, para nosotros 250 euros kg precio de amigo.
Para darle fin a este preciado manjar, para mi lo ideal son revueltos, risottos, aceites trufados y todo aquello que suponga manipular lo mínimo el tuber melanosporum.

Yo he trufado unos huevos, los he metido en un bote de tres a cinco días, enteros sin romper, para que, gracias a la porosidad de los mismos, vayan impregnándose del olor de la trufa.
Una vez listos a darle caña a los huevos!!!!!
Contrariamente a lo que solemos ver por ahí, un revuelto exige técnica, y paciencia.
Un revuelto debe hacerse despacio, muy despacio, a fuego medio en una sartén amplia.
La nata, la mantequilla o el aceite diluyen las proteinas del huevo y producen una masa más tierna cuando los huevos se cocinan con cuidado.
Si lo hacemos rápido, los huevos coagularan, perderán cremosidad y adquirirán elasticidad (cosa que no queremos).
Y si encima intentamos dejarlos poco hechos, se separará agua del contenido solido (básicamente sin entrar mucho a explicar proteínas, grasas,etc) y el resultado será un poco lamentable.
Dedicarles tiempo, de ocho a diez minutos, y acabarlos con una gota de nata al final.
Mala foto pero gran resultado, aquí mismo abajo.







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